Relaciones humanas es el nombre dado al conjunto de interacciones que se da en los individuos de una sociedad, la cual tiene grados de órdenes jerárquicos. Las relaciones humanas se basan principalmente en los vínculos existentes entre los miembros de la sociedad, gracias a la comunicación, que puede ser de diversos tipos: Visual o Comunicación no verbal, lenguaje icónico o lenguaje de las imágenes, que incluye no sólo la Apariencia física, imagen corporal sino también los movimientos, las señales, lingüística, chat, Como Las relaciones humanas son básicas para el desarrollo intelectual e individual de los seres humanos.
INJUSTICIAS
SOCIAL
Benedicto XVI dice que se constata en
nuestros días corrupción e ilegalidad tanto en el comportamiento de sujetos
económicos y políticos de los países ricos, nuevos y antiguos, como en los
países pobres. Es decir, la corrupción y la ilegalidad ya no son exclusivas de
ciertos regímenes que se mantenían con este sistema, sino que han permeado
inclusive a sociedades teóricamente mejor organizadas. Sino preguntémonos cómo
ha sido posible que en países como Estados Unidos, por ejemplo, banqueros
honorables se han aprovechado y han llevado a quebrar la economía del propio
país y del sistema económico mundial. Más adelante veremos qué propuestas se
hacen desde la Caritas in veritate para aportar, desde la doctrina social, a la
superación de los problemas planteados.
PAISES
RICOS Y PAISES POBRES
países ricos y pobres ya no es tan neta como
en la época de la Populorum progressio, porque mientras se observa un
crecimiento en términos absolutos de la riqueza, al mismo tiempo aumentan las
desigualdades. Y estas desigualdades ya no se dan sólo entre los países, sino
que dentro de los mismos países han aumentado las diferencias de clases, nuevas
categorías sociales se empobrecen y nacen nuevas pobrezas. El Papa inclusive
habla que en las zonas más pobres, algunos grupos gozan de un tipo de
superdesarrollo derrochador y consumista, que contrasta de modo inaceptable con
situaciones persistentes de miseria deshumanizadora. Y concluye esta parte
diciendo que se sigue produciendo “el escándalo de las disparidades hirientes”.
De alguna manera en esta parte del número 22 de la Caritas in veritate se está
haciendo referencia a lo que la reflexión latinoamericana desde Medellín y
Puebla vienen denunciando, ricos cada vez más ricos a costa de pobres cada vez
más pobres. Benedicto XVI, con este número, continúa la línea de denuncia que
la Iglesia hace contra la riqueza mal habida y sobre todo contra la riqueza que
golpea en la cara a los menos favorecidos y hasta explotados.
LIBERARSE
DE IDEOLOGIAS
El
Papa dice que en nuestros días los actores y causas, tanto del subdesarrollo
como del desarrollo mismo, son múltiples, y textualmente afirma: “las culpas y
los méritos son muchos y diferentes”. Por eso hace una invitación a liberarse
de las ideologías, ya que éstas con frecuencia tienden a simplificar de manera
artificial la realidad, a plantearla como situaciones en blanco y negro,
dejando de lado los matices que hacen rica la experiencia humana. Benedicto XVI
pide que se examine con objetividad la dimensión humana de los problemas para
que las respuestas respondan también a las expectativas de crecimiento que
tienen las personas.
DESCUBRIMIENTO
DE VALORES DE FONDO
el desarrollo actual tiene cosas positivas,
pero también muchas cosas que desear. Y plantea que para que exista la
posibilidad de un futuro nuevo desarrollo se requieren nuevos esfuerzos de
comprensión unitaria y una nueva síntesis humanista. La crisis actual, dice el
Papa, es compleja, pero nos invita a asumir con realismo, con confianza y
esperanza las nuevas responsabilidades que nos reclama la situación de un mundo
que necesita una profunda renovación cultural y el redescubrimiento de valores
de fondo sobre los cuales construir un futuro mejor. Por eso, la crisis se
convierte en una ocasión de discernir y proyectar de un modo nuevo el tan
anhelado desarrollo que la Iglesia quiere para todos los humanos.
ACUCIANTES
PROBLEMAS DE LA HUMANIDAD
El Pontífice dice que las fuerzas técnicas
que se mueven, las interrelaciones planetarias, los efectos perniciosos sobre
la economía real de una actividad financiera mal utilizada y en buena parte especulativa,
los importantes flujos migratorios, provocados y después no gestionados
adecuadamente, o la explotación sin reglas de los recursos de la tierra, nos
inducen a reflexionar sobre las medidas necesarias que todavía es necesario
tomar para solucionar los acuciantes problemas de la humanidad, que no sólo son
nuevos con respecto a la época de Pablo VI, sino que tienen también un efecto
decisivo para el bien presente y futuro de la humanidad. Por eso, esta nueva
encíclica social quiere llamar la atención sobre estos problemas e invita a
quienes dirigen el mundo a tomas sabias decisiones para superar los problemas
de toda la humanidad.
CRECIMIENTO
REAL
El Papa dice que después de tantos años, al
ver con preocupación el desarrollo y las crisis que se suceden en estos
tiempos, se confirma la preocupación que desde hace tiempo tenía la Iglesia
sobre la marcha de un desarrollo basado sólo en los elementos tecnológicos y en
la ganancia de utilidades financieras. Por eso este número 21 dice que el
desarrollo económico que quería Pablo VI era el que produjera un crecimiento
real, extensible a todos y concretamente sostenible. Y si bien se ha constatado
que ha habido desarrollo para muchas personas y sociedades que han salido de la
pobreza, lamentablemente se reconoce que es desarrollo ha estado aquejado por
desviaciones y problemas dramáticos, que la actual crisis ha puesto de
manifiesto. No se puede hacer un desarrollo para unos, mientras otros
permanecen hundidos y pagando las consecuencias.
DESARROLLO HUMANO Y MUNDO GLOBALIZADO.
Pablo
VI tenía una visión muy articulada del desarrollo humano, y lo definía como la
posibilidad que los pueblos pudieran salir del hambre, la miseria, las
enfermedades endémicas y el analfabetismo. Pero a la par del desarrollo humano,
también hay una vertiente económica del desarrollo que significa ofrecer una
participación activa y en condiciones de igualdad en el proceso económico
internacional. Además de estas dos vertientes, existen otras dos, planteadas
también por Pablo VI, y son la vertiente social, que significa que la evolución
hacia sociedades solidarias y con buen nivel de formación, y la vertiente
política, que tiene que ver con la consolidación de regímenes democráticos
capaces de asegurar la libertad y la paz. Es claro que Pablo VI tiene ante sí
el contexto de los años 60 y por ello responde de esta manera al concepto de
desarrollo. Benedicto XVI, ya en el nuevo siglo XXI, se pregunta ¿hasta qué
punto se han cumplido las expectativas de Pablo VI? Veremos en nuestras próximas
entregas qué respuestas se dan el día de hoy a estas expectativas.
COMPROMISO Y
DESARROLLO DE LOS PUEBLOS
Pablo VI siguen siendo válidas y sirven de orientación para
nuestro compromiso por el desarrollo de los pueblos. Además, dice el Pontífice,
Populorum progressio subraya reiteradamente la urgencia de reformas y pide que,
ante los grandes problemas de la injusticia del desarrollo de los pueblos, se
actúe con valor y sin demora. Y subraya que esta urgencia viene impuesta
también por la caridad en la verdad. Benedicto XVI sigue hablando de urgencia
porque lamentablemente se constata que los problemas planteados 40 años antes
por Pablo VI se han agudizado y las perspectivas de superación no parecen estar
a la vuelta de la esquina. De allí que esta nueva encíclica social, siguiendo
los pasos de la Populorum progressio, y planteando como novedad el principio de
la caridad en la verdad, sea una voz que se eleva desde la Iglesia para llamar
la atención, primeramente a los cristianos, pero también a toda la humanidad
para que se dejen de lado las diferencias y las ambiciones particulares, y ya,
de una vez, comencemos a construir una convivencia humana donde todos seamos
hermanos, donde la fraternidad sea el motor que impulse el progreso de nuestros
pueblos, de todos los pueblos.
EL
CENTRO DEL DESARROLLO DEBE SER LA CARIDAD
las causas del subdesarrollo no son principalmente de orden
material, sino de otro carácter, como la falta de voluntad de muchos que se
desentienden de los problemas de los otros, la falta de pensamiento, o mejor
errores de pensamiento cuando no se sabe orientar adecuadamente el progreso, y
finalmente se dice que otra causa, y tal vez la más importante, es la falta de
fraternidad entre los hombres y entre los pueblos. Benedicto XVI se pregunta:
esta fraternidad ¿podrán lograrla alguna vez los hombres por sí solos? En
nuestros días asistimos a una sociedad cada vez más globalizada, donde los
instrumentos de comunicación nos hacen más cercanos, pero no más hermanos. Por
eso la Iglesia, y esta Caritas in veritate, insisten en que veamos el progreso
como vocación para que demos cabida al llamado de Dios que nos pide que seamos
más hermanos y que vivamos con mayor intensidad la caridad fraterna.
LA
RESPONSABILIDAD DE LA PERSONA
la responsabilidad de la persona para contribuir al desarrollo,
y este número 18 añade que también es necesario que se respete la verdad para
que el desarrollo humano sea integral. La concepción general del progreso es
que éste busca que la persona haga, conozca y tenga más para ser más. Pero la
pregunta es ¿qué significa “ser más”? Benedicto XVI dice que la respuesta la da
Pablo VI indicando que lo que comporta esencialmente el auténtico desarrollo:
que debe ser integral, es decir, promover a todos los hombres y a todo el
hombre. No significa estar parcializados, o considerar a unos ciudadanos con
más derechos y otros con menos, sino que debe considerar a todos los hombres
como dignos de alcanzar el progreso. Y esto es lo que aporta la visión
cristiana, y en definitiva nuestra doctrina social, a la humanidad: todas las
personas, sin distinción de ningún género, es digna, y esa dignidad se debe
honrar con el progreso de todos.
SENTIDO HUMANO
Benedicto XVI, tiene vínculos muy fuertes con la ética social
porque aquella, la ética de la vida, al reafirmar el valor de la persona,
también ayuda a valorizar aspectos como la dignidad de la persona, la justicia
y la paz. De este modo, Benedicto XVI afirma que se contradice radicalmente
quien aceptando y tolerando las más variadas formas de menosprecio y violación
de la vida humana, propone una sociedad justa y pacífica, como si esta no
partiera del respeto por la persona humana como lo concebimos en nuestra
doctrina social y en nuestra doctrina moral, con valor desde su concepción hasta
su muerte natural
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